Hace unos días hablábamos de cómo evitar caer en la depresión otoñal, hoy vamos más allá y abarcamos un ámbito más amplio. Esta semana queremos hablar de la importancia del equilibrio en nuestro entorno físico más próximo, nuestra casa. Para ello retomaremos el testigo de Marisa Bosqued, psicóloga y coautora del libro “Triptófano, el secreto para volver a ser tú”. Además hablaremos del Feng-Shui cómo técnica para lograr la mayor armonía posible en los ambientes que nos rodean.
En la primera parte del libro, Marisa dedica un apartado a darnos algunas pautas para que el ambiente que nos rodea se convierta en un protector del estrés. Según la psicóloga, “el estrés se produce en el contexto de la interacción del individuo con el medio ambiente que le rodea, de donde se deduce que este último ejerce una influencia directa en cómo nos sentimos. Un ambiente caótico, en el que reina el desorden, los ruidos, una luz inadecuada, etc., es por sí solo un factor estresante importante”. Para protegernos del estrés es importante que tanto los colores como la decoración de nuestra casa influyan positivamente en nuestra percepción. Como apunta Marisa Bosqued, “Los colores fríos, como el verde y el azul, combinados con otros neutros, como el beige o el gris, resultan relajantes y son, por tanto, muy convenientes para decorar aquellas estancias en las que pases bastante tiempo”.
Teniendo en cuenta estas directrices que nos señala la autora del libro, existe una disciplina oriental llamada Feng Shui que estudia el flujo de la energía en el ambiente para saber cómo influye en nuestras casas y así poder obtener una mayor armonía. Dos de los puntos clave en los que se basa esta técnica son el dormitorio y la sala de estar.
Mantener un buen equilibrio en el dormitorio resulta esencial, ya que debe ser un lugar de descanso y reposo. Según el Feng Shui, la posición de la cama con respecto a la puerta del dormitorio, las paredes y las ventas es un aspecto primordial; debemos evitar que la cama esté en línea recta con la puerta del dormitorio o la del baño. Es importante que en la cabecera de la cama haya una pared o un tabique para conseguir la sensación de protección que asegura un mayor descanso. Lo ideal en cuanto a la forma del dormitorio es que sea cuadrado, de todos modos, si no es cuadrado ¡que no cunda el pánico! Trata de encontrar la manera de adecuarlo a través de la colocación de algunos muebles.
En cuanto a la sala de estar, piensa que es el lugar de reunión de la familia y, probablemente, el lugar de la casa donde harás más vida. Es por ello que resulta muy importante que esta zona se convierta en un espacio que favorezca la comunicación. Para lograrlo, el Feng Shui recomienda que los asientos o sofás se coloquen formando ángulos de 90º, de este modo favorecemos el contacto visual entre las personas que se encuentren en la sala. Evita que el centro de la sala esté vacío, ya que esto puede provocar sensación de soledad y desamparo. Llenar el centro con elementos naturales como la madera favorecerá un clima relajante y positivo. Ambienta la sala con hilo musical chill out para alcanzar la armonía y la relajación necesarias para evitar el estrés.
Por último, el tema de la luz también es importante a la hora de alcanzar esa armonía que necesitamos para combatir el estrés. Como señala Marisa Bosqued en el libro, “siempre que sea posible, la luminosidad natural es preferible a la artificial, pero tendrás que tener también en cuenta la necesidad de que esta última sea la adecuada para que no acabe produciéndote fatiga visual, lo que incrementaría tu vulnerabilidad a efectos indeseados como el estrés, el cansancio y la irritabilidad”.
Esperamos que entre el testimonio de la psicóloga Marisa Bosqued y algunas técnicas del Feng Shui logres que tu hogar tenga el equilibrio y la armonía que necesitas para alejar el estrés. ¡No dudes en compartir tus opiniones con nosotros!
Foto | camil tulcan en Flickr