Nos acercamos al 23 de abril cuando en algunas partes de España se celebra el Día de Sant Jordi. La celebración – en memoria de un noble a quien, según cuentan las leyendas, se le atribuyen diversas hazañas, entre ellas su triunfo sobre un dragón – tiene, al fin y al cabo, un objetivo esencial: brindar por la amistad. Este “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato” (como lo define el Diccionario de la Lengua Española de la RAE) es uno de los vínculos fundamentales que determinan nuestra existencia. Una vida sin amigos no sería para nada deseable; el relacionarse con los demás forma parte de la naturaleza humana mientras el aislamiento va en su contra. En un estudio de la Mental Health Foundation británica, el Dr Andrew McCulloch afirma que la desconexión y la carencia de contactos sociales se pueden vincular a una salud mental y física débil. ¡Y la importancia de las amistades sigue creciendo! Como afirma McCulloch, el hecho de que más personas viven solas así como el incremento del uso de las nuevas tecnologías hayan derivado en que más personas, tanto jóvenes como mayores, sufran de soledad. En esta entrada nos preguntamos: ¿cuál es el valor de nuestra vida social?
El interés por la amistad y su efecto sobre la felicidad no solo nos ha motivado a nosotros a escribir estas líneas en El Blog del Triptófano, sino también ha estimulado un creciendo interés científico con resultados y planteamientos sorprendentes. Hablando de valor, la investigación de la felicidad sostiene que las amistades tienen, por término medio, un mayor efecto sobre la felicidad que un sueldo normal. En este contexto, el economista Andrew Oswald de la Universidad de Warwick en Inglaterra ha calculado cuánto dinero haría falta para compensar que no tuviéramos amigos. La respuesta: ¡unos 61.000 Euros (en su estudio habla de 50.000£)!
Aparte de mucho dinero, todos sabemos que las amistades valen también para superar situaciones y circunstancias de lo más difíciles. Un equipo de investigadores de la Sociedad Americana de la Oncología Clínica descubrió que una red de lazos afectivos ayuda incluso a superar un cáncer. En el estudio, que se llevó a cabo con 2.835 mujeres con cáncer de pecho, los científicos revelaron que aquellas pacientes con amistades más débiles tenían cuatro veces menos posibilidades de superar su enfermedad. Aunque los efectos biológicos exactos quedan ocultos, las conclusiones de este trabajo científico son reveladoras. El efecto vital que desempeñan nuestros amigos sobre nuestra salud también fue el objeto de un meta-estudio de un equipo de investigadores estadounidenses. Los científicos concluyen que la carencia de relaciones sociales tiene el mismo efecto perjudicial que fumar 15 cigarrillos al día. El efecto negativo para nuestra salud es incluso mayor que sufrir de obesidad o no hacer ejercicio físico. Quien disponga de una sólida red de amigos, afirman los científicos, tiene hasta un 50% de probabilidades de tener una vida más larga.
Tal y como nos avanza Marisa Bosqued de lo que saldrá publicado en el libro Triptófano, el secreto para volver a ser tú, el apoyo social tiene una enorme influencia sobre el estrés. De hecho, está comprobado que el intento de llevar el estrés en solitario frecuentemente nos convierte en una especie de olla a presión sin salida de vapor, sin posibilidad de desahogo. Mantener una adecuada y satisfactoria relación social con las personas que nos rodean es una buena manera de prevenir el estrés y poder canalizarlo cuando se presenta. ¿Qué te proporciona? Sabes que no estás sólo, te sientes comprendido y comprendes a los demás, tienes con quien comentar los problemas cotidianos que te van surgiendo. En definitiva, obtienes lo que el psicólogo Flórez Lozano denomina “retribución emocional”, y este hecho hace que aumente tu nivel de satisfacción personal, social y laboral. Poder comentar y contrastar nuestros problemas, pensamientos y sentimientos con familiares, amigos y compañeros, escuchar sus sugerencias sobre la mejor manera de afrontarlos y sentirnos apoyados y queridos, nos proporciona de manera casi inmediata los siguientes efectos:
- Reformulación de los factores objetivos del entorno que produce el estrés.
- Modificación de la percepción subjetiva que se tiene de los estresores.
- Reducción de las consecuencias generadas por el estrés.
- Aumento de las estrategias del individuo para manejarlo de una manera más efectiva.
Por esta razón, nunca está demás cuidar vuestras amistades con pequeños detalles, ¿no creéis? Como ahora ya sabemos: llevarse bien con los amigos puede ayudaros a tener una vida mejor.
Foto | David Goehring en Flickr