Todos hemos oído aquella frase de que la felicidad es un camino, no un destino. En ese camino, como en el de la vida, desafortunadamente, todo no van a ser alegrías. Hay momentos duros que afectan a nuestro estado de ánimo, y también a los que nos rodean, y cuando una persona nos explica que lo está pasando mal, no siempre sabemos cómo reaccionar.
La empatía es una cualidad indudablemente humana. Es la capacidad que tenemos para ponernos en el lugar de persona, de alegrarnos en los momentos felices de los demás, y de entristecernos cuando alguien no lo está pasando tan bien. Pero a veces, aunque la sintamos, no sabemos expresarla de manera positiva y reconfortarte para la persona afectada, si no que acabamos mostrando simplemente compasión.
Hoy queremos compartir con vosotros un excelente cortometraje que explica cómo podemos utilizar esa empatía para aliviar el dolor y el sufrimiento de alguien cuando pasa un mal momento. Porque aunque no existan soluciones mágicas, y no podamos arreglar los problemas de todos los que nos rodean, como realmente nos gustaría, al menos podemos conseguir que quien sufre se sienta reconfortado. Y eso ya es un pequeño paso hacia la solución, y un paso más en el camino.