Hace unos días leímos una noticia con un titular muy impactante: “Así ‘quema’ las relaciones de pareja el verano”. Y es que cada año llegan a nosotros como un bombardeo las estadísticas de separaciones y divorcios después de las vacaciones, producidas por la ansiedad y el agobio de convivir mucho más tiempo que durante el resto del año. Más tiempo libre no tiene por qué ser sinónimo de no despegarse el uno del otro. Aquí, en el Blog del Triptófano, os queremos dar algunos consejos y hacer algunas reflexiones para que podáis disfrutar y relajaros juntos sin que al final del verano entréis a formar parte de esta triste estadística:
- En vacaciones hay más tiempo para pensar sobre uno mismo y la propia situación personal. En consecuencia, pueden aflorar problemas y pensamientos que durante el año han permanecido ocultos, por lo que pueden explotar como una bomba si no se controlan y se intentan digerir para poder ver si son reales o solo fruto de un momento.
- Aprovechad para realizar actividades juntos, evidentemente, pero sin que se conviertan en un intensivo de 24 horas todos los días de la semana. Es importante que cada uno organice también su tiempo en torno a otras actividades que luego os podáis explicar una vez en casa. Y tendréis menos ganas de discutir.
- Aunque parezca algo contradictorio, las altas temperaturas pueden jugar en contra de las relaciones de pareja. Es sabido que el calor y las condiciones meteorológicas extremas afectan a nuestro estado de ánimo y pueden provocarnos una sensación de ansiedad que deriva en discusiones, por lo que os irá muy bien aprender a gestionar este tipo de situaciones para que no se vuelvan en vuestra contra.
Y, sobretodo, recordad que las vacaciones están para disfrutarlas y para eliminar cualquier ápice de estrés que podáis padecer durante el año. ¡Que el verano no acabe con vosotros!
Foto | Mr.Theklan en Flickr