Después de reyes podemos decir que se han acabado definitivamente las vacaciones. Seguramente habréis trabajado algunos de estos días de fiestas navideñas, pero los paros del día de Navidad y año Nuevo han hecho que perdamos nuestro ritmo habitual de trabajo. ¿Podríamos también llamar síndrome postvacacional a lo que estamos sintiendo hoy? Aunque para muchos de vosotros hayan sido pequeñas pausas intermitentes y no unas vacaciones como tal, la alteración en el trabajo puede hacerse evidente de la misma manera. Desánimo, estrés, irritabilidad… que pueden unirse al sentimiento de que ha entrado un nuevo año y seguimos estancados en la misma situación. Aquí, en el Blog del Triptófano, queremos dar la vuelta a la tortilla y aprovechar todas las oportunidades que nos pueda brindar este 2013 en nuestro trabajo.
Aprovechando que ha empezado un año nuevo, reflexionemos durante un rato sobre todo lo que podamos aportar a nuestro trabajo que sea fresco y nuevo. Ya os hemos comentado en otras entradas del Blog lo importante que es poder evolucionar y ser creativos en todo lo que hacemos. Aprovechemos que estamos a principios de año y hagamos una lista de objetivos que cumplir. Esta lista no debe representar una presión para nosotros, sino una fuerza de motivación que nos impulse a luchar por lo que queremos conseguir. Adelantando lo que encontraréis en más detalle en el libro “Triptófano el secreto para volver a ser tú”, nos explica la psicóloga Marisa Bosqued que muchas de las causas del estrés proceden de nosotros mismos, ya que no afrontamos como es debido las situaciones adversas y de tensión. Aprender a combatir estos factores internos que nos llevan a un estrés no justificado será nuestra clave para el éxito en los primeros días de trabajo. Por cierto: Algunos consejos más sobre cómo organizaros mejor en vuestro lugar de trabajo también encontráis en esta entrada en el Blog del Triptófano.
Asimismo, el doctor Francisco Javier Lavilla nos explica que el síndrome postvacacional puede incluso deteriorar nuestras relaciones con los demás, tanto laborales como emocionales. Así que ahí va otra razón para encarar la vuelta al trabajo con fuerza y optimismo: las personas más cercanas a nosotros no tienen porqué sufrir las malas consecuencias de algo que nos está pasando a nosotros y que tiene solución.
Así pues, ahora que aún estamos a tiempo, aprovechemos para hacer un nuevo planteamiento de nuestra situación laboral, dando importancia a todo lo positivo que nos aporta y conociendo la parte más renovada de nosotros mismos. La vuelta a la rutina puede ser algo bueno para todos.
Foto | hufse en Flickr