Cómo actúa el Triptófano en nuestro organismo

¿Sabías que la mayor parte del triptófano que ingerimos se utiliza en la síntesis de las proteínas corporales?

El triptófano actúa junto a otros 19 aminoácidos que son necesarios para dicha síntesis, que se llaman proteinógenos.  En sus múltiples combinaciones, los aminoácidos tienen prácticamente infinitas posibilidades de formar polímeros diferentes, por lo que las proteínas pueden realizar una enorme variedad de funciones:

a) Funciones estructurales, como actina y miosina (dos componentes de los músculos), colágeno (componente de músculos, huesos y tendones), queratina, etcétera.

b) Funciones catalíticas, como los enzimas que regulan el metabolismo.

c) Funciones de defensa, inmunoglobulinas, ligandos, etcétera.

d) Funciones de depósito, mioglobina, ferritina, cobalofilinas, etcétera.

e) Funciones de transporte, transferrina, transcupreina, apolipoproteínas, etcétera.

f) Funciones reguladoras, neurotransmisores, hormonas, etcétera.

g) Funciones de aporte energético, todas las proteínas sea cual sea su función.

Así pues, los aminoácidos comienzan su función una vez llega al hígado, bajando por el tubo digestivo. El hígado es capaz de realizar diferentes funciones relacionadas con la regulación de los niveles de aminoácidos: a) transformar unos aminoácidos en otros ( mediante el proceso de transaminación) según las necesidades de cada uno de ellos, siempre que no sean aminoácidos esenciales, b) formar diferentes proteínas que cumplen su función en el propio hígado o bien se liberan a la sangre y c) eliminar el exceso de proteína en los alimentos ingeridos mediante la desaminación de los aminoácidos absorbidos y transformación del exceso de amoniaco en urea, que es excretada por el riñón en la orina. Los productos resultantes de la desaminación del exceso de aminoácidos (alfa-cetoácidos) se pueden utilizar en la producción de energía para el propio hígado, en la formación de glucosa, si no hay suficientes hidratos de carbono en la dieta (gluconeogénesis), o en la formación de grasa (cetogénesis).

De esta forma, gracias a la función del hígado se mantiene relativamente constante el contenido de aminoácidos en el plasma sanguíneo, de donde los toman todas las células del cuerpo para formar sus propias proteínas o utilizarlos en las diferentes funciones propias de cada aminoácido (por ejemplo, en el caso del triptófano la síntesis de serotonina). Esto sucede, por ejemplo, con el triptófano y los aminoácidos aromáticos y de cadena ramificada que compiten entre sí por el transportador de entrada al sistema nervioso central.

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