Estos últimos días muchos de vosotros nos preguntabais aquí, en El Blog del Triptófano, cuánto triptófano es necesario aportar a nuestro organismo, así que respondemos a vuestras dudas y os explicamos cuáles son los inconvenientes de unos bajos niveles de este aminoácido. Por otro lado, José Miguel Gaona, Doctor en Medicina y Psiquiatra, nos habla hoy también en La Contra de La Vanguardia sobre el triptófano, la serotonina y sus beneficios – son más que suficientes motivos para nosotros para retomar estos temas en una nueva entrada e ir descubriendo a continuación algunas características más del triptófano.
Como ya hemos explicado en anteriores entradas el triptófano es un aminoácido que se encuentra en todas las proteínas. Es uno de los 20 aminoácidos necesarios para formar todas y cada una de las proteínas de los seres vivos y uno de los 10 llamados aminoácidos esenciales. Ser “esencial” significa que no se puede fabricar en nuestro propio cuerpo, sino que el triptófano debe ser necesariamente incorporado a nuestro organismo con la dieta y, por ello, su ingesta insuficiente o su acelerado metabolismo producen una rápida reducción de sus niveles.
El triptófano natural es L-triptófano, que es también precursor de sustancias importantes para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, como es la formación de serotonina. La serotonina es un neurotransmisor que nos ayuda a estar de mejor humor, regula el estado de ánimo y nos aporta bienestar en general.
El contenido de triptófano en el ser humano es de aproximadamente 12 gramos por cada kilo de proteína corporal y el cociente entre triptófano y aminoácidos aromáticos y de cadena ramificada es de 0,052. Por lo tanto, en un adulto sano, independientemente del género, las necesidades corporales medias diarias de triptófano, rondan aproximadamente 4 miligramos por kilo de peso y día. En los niños este valor debe incrementarse entre 4 y 19 miligramos por kilo de peso y día, dependiendo de la edad. Con lo cual, por ejemplo, un hombre adulto de 70 kilos debaría ingerir diariamente al menos 350 miligramos de triptófano.
Pero, además, es necesario tener en cuenta, los niveles en la dieta de otros aminoácidos que compiten con el triptófano puesto que los niveles desequilibrados en la dieta de estos aminoácidos podrían influir en la captación del triptófano por el sistema nervioso.
No obtener suficiente triptófano puede conllevar una disminución de serotonina. Está comprobado que los pacientes con bajos niveles de serotonina tienen recaídas en la depresión más frecuentes que los pacientes con unos niveles adecuados de serotonina, ya que ésta afecta en el estado de ánimo general de las personas. Además, unos bajos niveles de triptófano pueden desembocar en un bajo estado de ánimo, falta de energía y, en general, lo que vienen denominando los expertos “síndrome de decaimiento”.
Así, el triptófano, por su papel precursor de la serotonina, es un gran aliado para mejorar nuestro bienestar y mantenernos de mejor humor y, por ello, es importante aportar suficiente triptófano a nuestro organismo. Normalmente, con una dieta equilibrada y completa se adquieren los niveles de triptófano necesarios. En determinadas ocasiones, cuando existe una carencia o no es suficiente con las cantidades que se ingieren a través de la alimentación puedeserconvenienteun aporte extra a través de complementos alimenticios con triptófano que pueden encontrarse en farmacias.
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