Ya estamos en 2015. . . y desgraciadamente, parece que aún no volamos en monopatín como hacía Michael J. Fox en Regreso al Futuro. Pero ya sabéis los que de vez en cuando os pasáis por aquí que nuestra máxima es que una actitud positiva es clave para afrontar mejor nuestros problemas y superar nuestros obstáculos. Enero es mes de novedades, comienzos, vueltas a la rutina, inauguraciones (aunque sea el calendario de encima de la mesa) y vueltas a empezar . Enero es además el mes de las listas: las clásicas listas de buenos propósitos y las muchas más festivas listas de la compra de rebajas. La de las compras en rebajas, para aquellos que se los puedan permitir, resultan además mucho más fáciles de cumplir.
Hablando de hacer listas de buenos propósitos, lo cierto es que puede ser una actividad muy positiva , ya que como mínimo nos hace replantearnos qué es aquello en lo que estamos fallando o mejor dicho, en qué queremos mejorar. El autoanálisis y saber reconocer nuestras propias carencias, defectos y virtudes pude resultar muy útil. Pero por muy positivos que queramos ponernos, para que tenga sentido también hemos de ser cuidadosos al hacer las listas de buenos propósitos. Sobre todo cuando estos no son realistas o resultan inalcanzables, lo cual puede convertirse en una tentación en la que perdamos algunas horas de nuestro tiempo soñando despiertos más que algo realmente productivo. Por ejemplo una lista demasiado larga, demasiado acotada en el tiempo, que dependa de la intervención de muchas personas o que incluya cosas que realmente no nos apetece nada hacer puede hacer que nos desilusionemos antes de tiempo. Lo más seguro es que esos propósitos taaaan ideales queden aparcados en el apartado de “Notas” de nuestra recién estrenada agenda, preparadas para cuando inauguremos 2016. Por eso es esencial que la lista se base en aquello que realmente queremos hacer, y no en aquello que creemos que podemos – o creemos que no podemos– hacer.
Por eso, para estrenar 2015 desde El blog del triptófano queremos compartir con vosotros nuestro consejo favorito para aplicarlo en todas las situaciones en las que tengáis que valorar o tomar decisiones o incluso ahora mismo, al redactar vuestra lista de buenos propósitos. La frase de de Brené Brown, escritora, investigadora y speaker autora de Los regalos de la Imperfección: “Háblate a tí mismo como le hablarías a alguien al que amas”