A todos nos pasa que cuando nos ponemos a dieta y dejamos de consumir los productos que más nos gustan- que no nos vamos a engañar, no son normalmente brócoli o espinacas, sino más bien dulces, snacks o cualquier chuchería especialmente diseñada para que nos apetezca repetir- nos sentimos un tanto desanimados. Aunque sabemos que el propósito es de lo más noble, que estamos aprendiendo a comer mejor para estar más sanos y sentirnos mejor con nosotros mismos, lo cierto es que emprender una dieta para perder peso requiere un esfuerzo importante por nuestra parte, y ciertos sacrificios, sobre todo, teniendo en cuenta que para que sea efectiva tenemos que combinarla con la realización de una actividad física regular.
Como sabemos que con la llegada de la primavera muchas personas empiezan a prepararse para la famosa operación bikini, hoy hemos decidido hablaros de cómo el triptófano puede ayudarnos cuando estamos a dieta y nos sentimos bajos de ánimo o nos cuesta resistir a las tentaciones. Y aunque no tengáis problemas de sobrepeso ni estéis siguiendo una dieta de adelgazamiento, os invitamos a seguir leyendo, porque nuestros consejos son aplicables para todos.
En primer lugar, tenéis que tener claro que el triptófano no es un adelgazante, ni un quemagrasas, ni un ingrediente mágico que os va ayudar a perder los kilos de más que os preocupan. Los kilos de más se pierden de manera saludable con una dieta adecuada, equilibrada y confeccionada preferiblemente de manera individualizada a nuestras características individuales, y realizando más deporte. Pero el triptófano sí que os puede ayudar a cumplir la dieta.
Lo primero a tener en cuenta es ya sabéis que el triptófano es un aminóacido esencial, que adquirimos a través de la alimentación u otras fuentes externas y que nuestro cerebro trasforma en serotonina. La serotonina es un neurotrasmisor y interviene, etre muchas otras funciones, en la regulación de dos cosas muy importantes cuando estamos haciendo una dieta: el estado de ánimo, por un lado, y el apetito. Por eso, proporcionar a nuestro organismo suficiente triptófano para producir serotonina es un aliado cuando estás a dieta.
Por otro lado, ¿te has fijado que cuando tienes un día duro te apetecen más alimentos como pizza, patatas fritas o dulces? Cuando nos sentimos frustrados o con estrés (y todos sabemos que una dieta puede ponernos en ambas situaciones) es frecuente que nuestro cuerpo nos pida comer alimentos con muchos carbohidratos y/o azúcares. El triptófano puede ayudarte a reducir esa ansiedad por comer dulces y alimentos hipercalóricos, que es uno de los factores de sobrepeso más comunes.