Estamos ya entrando en la recta final de este 2012. Son días de hacer balance de todo lo que nos ha dado el año, de todo lo que se nos ha llevado, de aquello que hemos hecho y lo que nos hubiera gustado hacer… y también son fechas para pensar en qué es lo que nos deparará el 2013. Nuestra última reflexión del año quiere ir al rescate de un modo de vida muy positivo para nuestra salud emocional:
Hay muchas palabras que han ido perdiendo credibilidad y sentido cuanto más se han utilizado. Su uso excesivo y fuera de contexto las ha convertido en vocablos que, contrariamente a su significado inicial, nos transmiten negatividad.
Muchos de vosotros estaréis de acuerdo si decimos que el optimismo se encuentra en esta lista de palabras malditas. Cuántas veces hemos oído un “todo irá bien” vacío y sin sentido, o un “no pasa nada” totalmente fuera de lugar… Poco a poco, y sobre todo por culpa de la situación en la que nos encontramos, ya nadie nos puede hacer creer que realmente todo irá bien.
Pero ¿por qué no volver a creer en el optimismo? Muchos hablarían de la inutilidad del mismo, que nos lleva a un mayor desengaño, pero es mucho mejor unirnos a la célebre cita de Eduardo Punset “La felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad”. Tanto en lo material como en lo emocional, el simple hecho de convencerse de que lo que está por venir es mejor que lo que tenemos implica una mejora automática de nuestro presente. Es en este espacio, en esta actitud, donde nos reencontramos con el sentido que ya había perdido para nosotros la palabra optimismo.
Así que nunca será mejor día para pensar en un futuro mejor que hoy. Y hoy gritamos que en 2013 todos los vasos estarán medio llenos. ¡Os deseamos a todos un buen comienzo en 2013 y a que vuestros sueños se conviertan en realidad!
[Foto | h.koppdelaney en Flickr]
