Hace unas semanas recogían varios medios la noticia de que, además de las necesarios buenos hábitos -llevar dieta equilibrada y mantener un buen nivel de actividad física-, otra de las claves para llegar a los 90 años con salud tenía mucho ver con de qué color vemos la vida, es decir, de nuestra actitud a la hora de enfrentarnos a las diferentes circunstancias en las que nos pone la vida: los problemas, las alegrías, los momentos de tristeza, las relaciones sociales. . .Tener unas buenas relaciones familiares y sociales o saber plantearse proyectos pueden contribuir a que lleguemos a viejos sintiéndonos mucho mejor.
Esta fue también una de las conclusiones del coloquio “Cómo llegar a los 90 años“, en el que expertos en salud destacaron que la genética es la responsable en cerca de un 60% del proceso de envejecimiento, pero que el resto depende de factores ambientales, que pueden modificarse. Y uno de estos factores es precisamente,la actitud con la que nos enfrentamos a la vida.
¿Eres de los que tienden a verlo todo negativo y nunca positivo, como decía aquel ex-entrenador del FC Barcelona? ¿O eres de los afortunados que saben ver el sol detrás de los nubarrones de una tormenta? Pues sí eres de los últimos, enhorabuena: parece ser que la manera en que vemos las cosas tiene más que ver de la salud y el bienestar de lo que en un principio parecía!
Muchas veces se habla de los estragos que pueden causar el estrés y la ansiedad en nuestras vidas, cómo pueden afectarnos físicamente e incluso algunas investigaciones llegan a relacionar un alto nivel de estrés con una mayor probabilidad de padecer algunas enfermedades. Esto es tan claro cómo que muchas veces, la vida nos pone en situaciones difíciles que hacen que el estrés sea tan innevitable como necesario: recordemos que el estrés es una respuesta fisiológica, es decir, natural: nuestro cuerpo pone en marcha mecanismos de defensa ante situaciones que percibe como amenazantes (demasiado trabajo, poco tiempo, muchas cosas que hacer, problemas económicos o familiares etc).
El secreto es encontrar el equilibrio, como en la foto que ha ilustrado el artículo, y conseguir que los pequeños problemas o obstáculos que nos podamos encontrar en nuestro camino no nos hagan ahogarnos en un vaso de agua y desencadenen una situación de estrés innecesaria. A veces, magnificamos pequeños problemas cotidianos y no apreciamos la belleza de esos momentos que pueden hacernos felices, como en aquel vídeo de la niña que vio llover por primera vez, y lo supo apreciar. O cómo cuando nuestro hijo nos llama para felicitarnos el día de la madre y nos hace reír. O cuando nos damos una ducha calentita después de un duro día de trabajo. O cuando olemos café recién hecho por la mañana. . . hay tantas cosas que pasamos por alto!
Por eso, cerramos nuestro post con un consejo que responde a nuestra a la pregunta que lo abre: nadie ni nada puede asegurarnos llegar a los 90, 80 o 70 años. Pero los años que vivamos, podemos intentar vivirlos siendo un poquito más felices. ¿Os apuntáis?