Cuando la Navidad nos deprime

La estampa perfecta de las Navidades en las películas, con su nieve, sus luces, sus chimeneas y sus familias perfectas, cenando a la luz de las velas son muchas veces justamente eso: películas, no la realidad. Pensamos que nuestra Navidad, muchas veces, no se parecen en nada y eso nos pone de mal humor. . . pero eso eso no significa necesariamente que tengamos que pasar malos ratos sólo simplemente porque  son reales.

Si te sientes algo deprimido o bajo de ánimo en Navidad, o en las fechas cercanas a ésta época, lo primero que tienes que entender es que no hay nada raro en ello y que no estás solo en ese sentimiento: le pasa a muchísimas personas, más de las que crees y no sólo porque sus circunstancias personales no se asemejen a las de las películas. Por eso hoy vamos a dedicar este post a las causas de la “depresión” navideña y cómo evitarlas, o al menos, llevarlas mejor. Entrecomillamos  depresión, porque nos referimos a la parte más coloquial del término: una depresión real es un tema serio, una enfermedad como cualquier otra, y  desafortunadamente puede ocurrir y recurrir en cualquier época del año, a cualquier persona e incluso, muchas veces, es difícil encontrar el motivo. . .Si crees que este es tu caso, acude al médico, sin ninguna vergüenza, ni ninguna culpa: como irías si por ejemplo, tuvieras fiebre, un problema de estómago o un problema hormonal. Somos cuerpo y mente: en cualquiera de las dos ámbitos, algo puede fallar).

Navidades no tan dulces

Como decíamos, un bajo estado de ánimo es relativamente frecuente en navidades. A algunas personas nos gustaría dormirnos el 22 de diciembre y despertarnos directamente el 2 de enero. Y es que aunque queramos evitar las celebraciones, todo lo que nos rodea nos recuerda constantemente que estamos en Navidad, por lo que nos parece que no podemos escapar.

Si lo piensas, quizás haya muchos motivos para estar triste, sí. . . pero tantos como para estar alegre. La vida es eso: sentirse triste o alegre es señal de que estamos vivos. Llora cuando sientas que tienes que llorar. Ríe y celebra cuando sientas que tienes que hacerlo. Da igual si es Navidad o mediados de agosto.

Muchas veces la causa de la depresión navideña está en la nostalgia,  en el recuerdo de tiempos que creemos que fueron mejores ( a veces porque los estamos idealizando: seguramente tampoco eran tan perfectos como ahora nos parecen!) y en el recuerdo de personas que se fueron y ya no están para celebrarlas con nosotros. Es el sentimiento de pérdida que nos atenaza. Si lo estás pasando. . .enhorabuena. Enhorabuena porque si echas de menos esos momentos o a esas personas, significa que en su momento disfrutaste de esos momentos y que amaste a esas personas. Y significa que estás vivo, que eres humano, y no un robot. Y que eres capaz de sentir. Un día, en otro momento, por otros motivos, el sentimiento de pena que tienes ahora será de alegría. Tenlo presente.

Trucos para evitar la depre navideña

Como decíamos, a no ser que se trate de un trastorno emocional más serio (una verdadera depresión o una recaída en ella), la mayoría de las veces se trata de un bajón emocional temporal que pasará.   Lo primero que tenemos que tener en cuenta para evitar revolcarnos en nuestra pena más de la cuenta es eso: que, aunque suene a tópico, todo pasará.

Lo segundo, es que si hay determinados compromisos que te ponen triste o notas que te hacen daño, puedes tratar de evitarlos (no tienes que forzarte) siempre que no sean totalmente imprescindibles – y de esos hay bien pocos!

Y en tercer lugar: no te culpes si no disfrutas con la Navidad o si te sientes triste en estas fechas, o si simplemente, no te gusta la Navidad.  Todos no somos iguales, ¡menos mal! Busca alternativas diferentes, sal, haz cosas nuevas. . . sabemos que parece fácil decirlo, que cuando estás triste no tienes ganas de nada. Pero a veces sólo es cuestión de empezar. Recuerda que si crees que puedes,  es que ya a estás a medio camino.