Cómo convertir el estrés negativo en positivo

La semana pasada se publicó un artículo que hablaba de la ansiedad como nuestra mejor arma. ¿Cómo? Parece que nos hayamos vuelto locos… pero no. Determinadas situaciones de estrés pueden convertirse en algo positivo si sabemos cómo gestionarlas. A continuación, os pondremos algunos ejemplos. 

Tal y como apunta el artículo, hay estudios recientes que demuestran que el estrés positivo se genera obteniendo un mayor control sobre las exigencias laborales, haciendo un trabajo que tenga sentido para nosotros y sintiéndonos respaldados por nuestros compañeros. Pero esto son factores internos, y, como siempre, el gran beneficio surgirá de nosotros mismos. Ten en cuenta estas dos indicaciones:

  • Cambia la mentalidad delante de grandes retos. En anteriores entradas del Blog hemos hablado de lo importante que es dividir las grandes tareas en pequeños objetivos. Si tu objetivo es muy importante y merece un trabajo exhaustivo, ¿por qué no verlo desde otra perspectiva y encararlo con otra predisposición? Trabajando por partes te asegurarás de no olvidarte ningún detalle y la satisfacción por cumplir con el reto surgirá rápidamente, sin ansiedad.
  • Deja de lado el estrés personal. En algunas ocasiones, aunque intentemos cambiar nuestro enfoque hacia el estrés en el ámbito laboral, es imposible que no nos afecte de ninguna manera. Por ello, es vital que intentemos que aquellos pequeños imprevistos en casa, los atascos por la mañana o las discusiones con los hijos o la pareja no influyan en el curso de nuestro día a día. Llegando relajados a nuestro lugar de trabajo será mucho más fácil tener la fuerza necesaria para lidiar con el estrés y obtener lo mejor de él para convertirlo en energía y pasión por lo que hacemos. Para conseguirlo, puede sernos también de gran ayuda un complemento alimenticio a base de triptófano.

Responder saludablemente al estrés no es nada más que una actitud, un estado emocional que se transforma en un beneficio también fisiológico: el corazón bombea más rápido y el cerebro se pone en un alto nivel de alerta ante el desafío al que se enfrenta, y ello solo es perjudicial para nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo si se mantiene de forma crónica. Estos pequeños empujones curten a nuestra mente y la preparan para que en futuras ocasiones una misma situación se resuelva de forma natural, sin ansiedad y con la energía necesaria. ¡A por ello!

Foto  | kalyan02 en Flickr