El primer Día Internacional de la Felicidad: un decálogo

Hoy, miércoles 20 de marzo, por primera vez, es el Día Internacional de la Felicidad. La Asamblea General de la ONU aprobó su conmemoración el pasado mes de junio, por lo que a partir de ahora cada día como hoy, el mundo celebrará que puede ser feliz. La celebración de este día era una propuesta de Jigme Thinley, el primer ministro de Bután – un país que ya se conoce por otros proyectos alrededor de la felicidad, como la creación del Índice de la Felicidad Nacional Bruta. Para celebrar el primer Día Internacional de la Felicidad, hemos recopilado un pequeño decálogo de la felicidad; esperamos que os ayude.

  • Valorar todo lo que tenemos. Si nos centramos en aquello que no es nuestro, solo haremos que aumentar nuestro sufrimiento y frustración por no conseguirlo. ¡Cuántas cosas –materiales e inmateriales – nos pueden hacer felices a nuestro alrededor! Prestarles más atención nos hará descubrir que, en realidad, somos más afortunados de lo que nos pensamos.
  • Que nuestra consciencia sea la única que nos diga lo que tenemos que hacer. Actuar según nosotros mismos, hacer lo que en realidad creemos importante y correcto porque, al final, el único juicio que nos queda es el nuestro.
  •  Cuidar nuestro cuerpo y vivir de manera saludable. Si nuestra salud está feliz, nosotros seremos felices.
  •  Hacer que las cosas pasen. Si nos escudamos en la ley del mínimo esfuerzo y esperamos sentados a que ocurra algo bueno, puede que nunca lleguemos a verlo. Si hay una meta, es vital luchar por ella. Que no sea a largo plazo, para que cuando volvamos a revisarla nos sorprenda ver que ¡la hemos alcanzado!
  •  Ser amables con las personas que nos rodean. Cuidar de ellas, mimarlas, y sufrir con ellas si es necesario. A todos nos hace sentir mucho mejor saber que hay alguien que se preocupa por nosotros.
  •  Disfrutar de todo lo bueno que nos puede dar nuestra vida cotidiana. Nos pasamos el tiempo intentando huir de ella, cierto, pero ¿por qué no quedarnos con todo lo bueno que tiene?
  •  Reírnos de nosotros mismos antes de que lo hagan otros. Es el mejor antídoto para la frustración delante de situaciones embarazosas o un poco complicadas.
  •  Analizar, de vez en cuando, si estamos haciendo aquello que realmente queremos y ser valientes frente al cambio. No se trata de actuar sin pensar, sino de ser consecuentes con nuestros deseos y voluntades. Los cambios, si los hacemos porque estamos convencidos de ello, siempre, SIEMPRE serán para mejor.

Ahora solo nos toca reflexionar sobre si realmente hacemos lo posible para ser felices… En realidad, no cuesta tanto

Foto |fdecomite en Flickr